El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar, matoneo escolar o
por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido
entre escolares de forma reiterada a lo largo de un
tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y
patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar
suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo ligeramente mayor
el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
El acoso escolar es Este
tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración
encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de
poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza
real o percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así,
expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como
consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte
del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con
la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y
solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación
puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del
hostigamiento hacia las personas sin limitación de edad.na forma característica y extres Suele incluir conductas de diversa
naturaleza (burlas, amenazas, agresiones físicas, aislamiento sistemático,
etc.).
-
Tiende a originar problemas que se repiten y prolongan durante cierto
tiempo.
- Suele
estar provocado por un alumno, apoyado
por un grupo,
contra una víctima que se encuentra indefensa.
- Se
mantiene debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a los agresores
y a las víctimas sin intervenir directamente.
- La
víctima desarrolla miedo y rechazo al contexto en el que sufre la violencia;
pérdida de confianza en sí mismo y en los demás y disminución del rendimiento
escolar.
-
Disminuye la capacidad de comprensión moral y de empatía del
agresor, mientras que se produce un refuerzo de un estilo violento de
interacción.
- En
las personas que observan la violencia sin hacer nada para evitarla, se produce falta de sensibilidad, apatía e
insolidaridad.
- Se
reduce la calidad de vida del entorno en el que se produce:
dificultad para lograr objetivos y aumento de los problemas y tensiones.